Espectáculo-taller en el que el público elaboraba sus disfraces, los títeres y máscaras que se iban a utilizar en la representación colectiva final en la que todo el pueblo, escuela o barrio podía participar.
Constituyó una de las primeras experiencias de teatro de calle en la que se jugaba con un amplio margen de improvisación -todo dependía del público- y en el que la música constituía un elemento de cohesión imprescindible.
Imágenes
Estreno
11 de junio de 1976. Olesa de Montserrat.